¡Hola a todos!
Somos los Yoshis, y por fin nos hemos quitado el pañuelo, no sea que se nos fuera a mojar.
Hoy ha sido un día espectacular, de esos que ves cosas que no te esperas y que están por encima de tus expectativas.
Nos hemos levantado a las 7:00 para ir hasta la terminal del puerto a coger nuestro barco que nos llevará a la Gran Barrera de Coral. Antes de embarcar hemos entrado en la terminal para hacer el check-in al igual que se hace en los aviones. Nos han dado los billetes y una pegatina con nuestros nombres (para escribir Carolina ha sido fácil, pero con Javier, ha habido que deletreárselo al chico).
Una vez dentro del barco, nos hemos situado en el piso superior para tener unas mejores vistas, pero nos han venido a avisar que iban a cerrar ese piso por el viento que hacía. ¿Qué si hacía viento? Madre mía, cuando ha entrado el barco en mar abierto aquello se movía más que una montaña rusa y un montón de viajeros han tenido que hacer uso de las bolsas de papel que han repartido. Carolina se lo ha pasado pipa subiendo y bajando las olas, pero Javier… con diez minutos más, hubiera tenido que hacer uso también de la bolsa. ¡¡¡Pues imaginaros una hora y media de trayecto con ese panorama!!!
Carolina disfrutando del trayecto.
El barco se dirigía al “Marine World”, una plataforma flotante anclada en uno de los arrecifes más cercanos a Cairns. Desde allí se pueden hacer distintas actividades organizadas por la propia empresa. En el precio se incluye todo el alquiler de neoprenos, gafas, aletas, snorkel y el uso de las instalaciones para bucear. Además también se incluye la comida y el poder disfrutar del paseo en dos barcos (uno con suelo de cristal y otro semisubmarino) entre los arrecifes de coral.
Preparados con todo el equipamiento…
incluídas las aletas!
A parte se pueden incluir otras actividades suplementarias como paseo en helicóptero, buceo con bombona o con casco. Nosotros llevábamos ya reservado desde España una clase de snorkel con una guía bióloga marina, además hemos tenido mucha suerte ya que nuestra guía Vanessa hablaba un poquito de español, lo que ha hecho que en un espanglis hayamos entendido todo.
Hemos disfrutado de lo lindo de ver el arrecife tan de cerca, sentir a los peces de mil colores nadando a tu alrededor tan tranquilamente y la explosión de colores que hay debajo del agua, todo aquello era maravilloso.
Sigue nadando, sigue nadando…
¡Hola Carolina!
Peces de casi todos los colores
salieron a saludar.
Una maravilla de la naturaleza
que hay que visitar.
Por cierto, no hemos dejado pasar la ocasión de buscar a Nemo y Dori. Pero nos han comentado que son difíciles de ver. Nemo se deja ver de vez en cuando, y Dori ninguno de la tripulacion (más de 20 personas) lo había visto nunca. Eso si, aunque parezca mentira, hemos encontrado a Wally. Un enorme pez de un metro de largo muy amigable y que se acerca a los humanos como si fuera un perrito, para que lo acaricies y juegues con él.
¿SABÍAS QUÉ… el Pez Napoleón, la especie a la que pertenece Wally, nace siempre siendo hembra y algunos con el paso de los años cambian de sexo? Por lo visto aún no se conocen ni los motivos ni el mecanismo que produce este cambio.
Los Yoshis no nos queríamos perder esta gran aventura, aunque luego no nos sumergimos.
Después de disfrutar del agua de lo lindo, hemos comido y montado en los dos barco que te dan unos paseítos por otros arrecifes cercanos.
Se nos ha pasado volando la mañana y cuando nos hemos querido dar cuenta ya era la hora de volverse. La vuelta ha sido mucho más calmada, el agua estaba tranquila y el barco ha oscilado muy poquito.
Desde el puerto, hemos ido directo al hotel, una ducha de agua caliente para quitar toda la sal que tenían Javier y Carolina en el cuerpo. Para acabar el día no ha habido mejor descanso que dar una vuelta por el paseo marítimo de Cairns viendo el ambiente que tiene esta ciudad por la noche.
Nos acostamos pronto porque mañana volvemos a las andadas submarinas, nos dirigiremos en otro barco a Green Island. Una pequeña isla rodeada de corales donde pasaremos seguro que un día estupendo.
¡Hasta pronto!