¡Hola a todos!
Estábamos un Lunes mirando billetes de tren para ir a Valencia ese fin de semana. Y el precio nos pareció desorbitado. Vale, es verdad que no lo habíamos mirado con tiempo. Los primeros billetes que salen a la venta son más económicos, pero a falta de una semana no quedaba ninguno con oferta. No sé por qué, pero esa vez nos cogió desprevenidos ese precio, que al fin y al cabo, es el de siempre.

Yoshi y Yosha mirando la hora en el Horloge Fleurie (reloj florido) de Ginebra
La cuestión es que gracias a una frase que empezó como una broma, acabamos en Ginebra. ¿La frase? Seguro que es más barato ir en avión a algún sitio de Europa que en tren a Valencia. Mirando por mirar, descubrimos que Iberia tenía vuelos a Ginebra ese fin de semana a muy buen precio. Así que allí que nos fuimos.
Vale, el vuelo había salido barato, pero faltaba el hotel, el transporte o la comida. Hotel encontramos uno por 60€ que sin ser de lujo, tenía lo indispensable y el desayuno incluído. Además estaba bien ubicado, cerca del lago. El transporte por la ciudad y desde el aeropuerto fue lo mejor de todo: es gratis para los turistas (te explicaremos lo que debes hacer). Y la comida… como vimos desde casa que era bastante cara en Ginebra, nos llevamos unos bocadillos ya hechos, que eso es fácil de llevar y resulta de lo más asequible. En esta ocasión no pudimos hacer nuestra típica visita a un McDonald’s ya que un menú cuesta casi 14€.

Disfrutando de un magnífico atardecer con el Jet D’Eau
Así que ya sabes, si tienes un poquito de suerte con avión u hotel puedes pasar un fin de semana en Ginebra, que dicen que es una de las mejores ciudades para vivir. El chorro de agua (Jet d’Eau), un reloj enorme hecho con flores, subir a la catedral para ver la ciudad desde las alturas, o tomar un baño en el lago Lemán son cosas que te están esperando en una ciudad donde cambian los carteles de Schweppes por los de Rolex.
¡Hasta pronto!