Chile y Perú 2018 – Día 10

En la cueva de los plátanos, un esguince y el mejor atardecer posible.

¡Hola a todos!

Siempre quedarán cosas por hacer, pero al menos hoy, sobre la campana, hemos completado nuestra lista de sitios imprescindibles que teníamos que ver en nuestro primer viaje a Rapa Nui (porque damos por sentado que habrá más veces).

Recién desayunados, nos vamos a la cueva Ana Te Pahu, la cueva de los plátanos. Tras un paseo por un sendero, acompañados de terneritos, se llega a la entrada. Y desde fuera se entiende perfectamente el nombre que tiene. Se trata de una cueva que tiene varias aperturas en la parte superior, y en su primera sala hay varias palmeras con plátanos. Desde la sala principal se puede llegar a otras más. Como estaba algo embarrado, por precaución, sólo hemos visto cuatro zonas, las cuales recibían luz natural desde lo alto. Muy original la cueva.

Por cierto, hemos vuelto a coincidir con Mamatui, nos ha hecho mucha ilusión poder saludarle de nuevo y conversar un poco más con el. ¡Maururu!

El resto del día nos ha servido para despedirnos de algunos de los lugares que más nos han gustado : la playa de Anakena, Tongariki, la cueva de Ana Kai Tangata con sus pinturas rupestres, Ahu Akivi…

También hemos aprovechado para sentarnos varias veces frente al Pacífico, cuando nos gustaba un sitio desde el coche y estábamos lo que queríamos, sin mirar el reloj, sintiendo la brisa marina, cerrando los ojos, tratando de guardar para siempre los recuerdos de estos días.

Además, hoy nos hemos encariñado con dos moai de madera, que se vienen con nosotros en la maleta. Un pequeño capricho que nos podemos traer gracias a los descuentos que nos ha hecho Emma Atamu. Le debemos de haber caído bien. Y encima nos ha contado varias anécdotas y el nombre del moai. Maururu-muchísimas gracias.

La puesta de Sol ha sido la mejor que podíamos tener para cerrar el viaje. De nuevo en Ahi Tahai, el más cercano a Hanga Roa, la imagen ha sido espectacular. Hoy sí que se ha podido ver el Sol esconderse por el horizonte justo tras los moais.

Acabamos el día con un paseo por la zona del embarcadero y cenando unas ricas patatas con carne por un lado y con camarones por otro.

Ya tenemos las maletas preparadas. Ahora a descansar.

¡Hasta pronto!

PD: Un importante detalle sobre el día de hoy. Lo hemos dicho muchas veces, y hoy nos lo hemos demostrado. La importancia de tener un buen seguro de viajes es enorme. Hoy Javier ha tenido un pequeño resbalón en una escalera… de dos escalones (patoso ?) Resultado: un pequeño esguince y gracias a eso hemos conocido el hospital de Hanga Roa. Fuera bromas, lo más importante es que gracias al seguro (nosotros viajamos con IATI-tenemos el descuento en la web) las gestiones han sido rápidas y GRATUITAS, sin tener que pagar nada (la hoja de precios que tenían en el hospital asustaba mucho). Una tobillera muy fashion, unos analgésicos y un poco de descanso… y a continuar la aventura!

Tras el susto de hoy, sin duda alguna la mejor compra de todo el viaje no son ni los imanes, ni los moais… es haber tenido un buen seguro de viaje.

Viaje a Chile y Peru
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