Chile y Perú 2018 – Día 7

Te Pito O Te Kura, de ruta por la zona norte.

¡Hola a todos!

A despertarse pronto. A eso de las 5:30 teníamos puesto el despertador para ver si el cielo estaba nublado y despertarnos una hora después, o poner dormir algo más. Como estaba bastante despejado, hemos puesto una segunda alarma a las 6:30 para levantarnos de verdad.

Pensarás, con toda la razón del mundo, que qué motivos hay para levantarse tan pronto en vacaciones. Pocos. Pero aunque no lo parezca, había un gran motivo… ver amanecer. Pero no ver amanecer como hacemos muchos habitualmente en el autobús, coche o tren.

De noche cerrada, hemos cogido el coche para ir hasta el otro extremo de la isla, hasta Ahu Tongariki, el lugar tan especial donde estuvimos ayer por la tarde.

Sin darnos cuenta, poco a poco se han empezado a visualizar las siluetas de los quince moais que parecía que habían desaparecido en la noche. La Luz iba apareciendo por detrás del volcán Poike, el más cercano a este Ahu, hasta que ya el Sol ha hecho su aparición por completo, iluminándonos a nosotros también.

Tocaba volver al hotel para desayunar. Teníamos hambre, la verdad jejeje. Una ducha rápida para terminar de despejarnos, una breve visita al volcán Rano Kau para verlo con el cielo despejado, y ahora sí, empieza la ruta del día.

Primero hemos visitado ‘Te Pu O Hiro’, una roca con diversos orificios que cuando la hacían sonar como si fuera un instrumento musical, los peces se veían atraídos a la costa. Nos hubiera gustado comprobarlo y soplar la piedra, pero lógicamente no estaba permitido.

El segundo lugar ha sido ‘Papa Vaka’, un conjunto de piedras en el suelo que contienen petroglifos. Son dibujos tallados en las piedras que representan atunes, tiburones, anzuelos y hasta una canoa.

El tercer lugar ha sido el conjunto de ‘Te Pito Kura’ y ‘Te Pito o Te Henua’. Junto a un enorme moai caído y su Ahu se encuentra ‘el ombligo del mundo’, una piedra redondita muy especial. Esta piedra la trajo Hotu Matua’a desde su isla natal, y tiene un contenido en hierro tan alto que hace que las brújulas se vuelvan locas (no teníamos para probar).

Y para acabar esta primera tanda, llegamos a Anakena, la playa más grande y casi única de la Isla de Pascua. Rodeada de palmeras y césped se encuentra esta playa de aguas claras con arena blanca y rosada al mismo tiempo. Estando ahí, no podíamos dejar pasar la ocasión de dar un paseo por la orilla refrescando nuestros piececillos.

Destacar que junto a la playa hay dos Ahu, uno de los cuales hemos bautizado como el Ahu de los hermanos Dalton, ya que algunos moais parece que estén ordenados de menor a mayor tamaño. Para los curiosos, este Ahu en verdad se llama Nau Nau.

Por cierto, tanto nombre con palabras que fonéticamente para nosotros tienen otros significados… nos están dando mucho juego. Kura, Vaka, Papá, Pito, Mata, Ara, Te, O, Mea, Kari … incluso cambiando sólo alguna vocal salen nombres muy divertidos para renombrar los Ahu.

Nos ponemos serios de nuevo y empezamos la segunda parte del día.

La cantera de Puna Pau es un pequeño cráter de roca rojiza y es el origen de la gran mayoría de Pukao (sombreros) de los moais. Tanto dentro del cráter como en el exterior se pueden ver algunos de tamaño considerable.

El siguiente Ahu que hemos visitado es bastante llamativo, ya que es el único que está en el interior de la isla. Se llama Ahu Akivi y está formado por siete moais. Fueron puestos en pie hace ya casi 70 años y puede que sean siete valientes exploradores que visitaron la isla antes de que Hotu Matua’a les llevara definitivamente.

Sin buscarlo específicamente y sin tener nada en especial, el atardecer de hoy nos ha pillado en unos acantilados de roca volcánica en la parte Oeste de la isla, ya cerca de Hanga Roa. Lo mejor ha sido la tranquilidad porque estaba algo aislado el lugar (ir en 4×4 es genial) y poder ver las olas y los últimos minutos de un recóndito Sol en todo su esplendor.

Antes de que se hiciera de noche del todo, hemos recogido los bártulos y, ahora sí, ya volvemos a Hanga Roa. En un pequeño local llamado Hai Tonga, que significa algo similar a ‘familia’, hemos cenado entre otras cosas lo que serían unos huevos rotos a lo Rapa Nui, acompañados por un par de cócteles.

Ahora a cruzar los dedos porque mañana… queremos darnos un bañito en Anakena. Que haga buen tiempo, que haga buen tiempo, que haga buen tiempo…

¡Hasta pronto!

Viaje a Chile y Peru
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