Chile y Perú 2018 – Día 5
Rano Kau y el camino a la celebración del Tangata Manu.
¡Hola a todos!
A pocos metros del hotel empieza el camino Te Ara O Te Ao, que aunque parezca que dan dos opciones para subir, es un único nombre. Este camino empieza en la falda del volcán Rano Kau, y emula la ruta que hacían los clanes de la isla cuando se acercaba la celebración del Tangata Manu, que en Rapa Nui significa “Hombre Pájaro”.
Lógicamente este camino es tooooodo cuesta arriba. En los casi 300 metros que dura la subida el paisaje iba cambiando y pasábamos de andar entre palmeras a hacerlo entre el olor de los eucaliptos o, ya más arriba, sólo entre la hierba. Conforme más arriba, mejores vistas de la isla. Un par de bancos estratégicamente colocados nos han invitado a descansar durante la caminata.
Y en la cumbre, ahí estaba. El enorme cráter con la fauna y flora autóctona que alberga, nos daba la bienvenida. A pesar de las fuertes rachas de viento, hemos recorrido gran parte de la chimenea del volcán. La subida había valido la pena.
Pero aún quedaba más, ya que casi en el otro extremo del cráter, junto a los acantilados Kari-Kari se encuentran las cabañas de la aldea de Orongo. Aquí ya no vive gente, se trata de un espacio conservado al que hay que pagar para entrar. Si no hace mal tiempo puedes ir por tu cuenta, pero en nuestro caso nos obligaron a contratar un guía porque había llovido hacía un par de horas (no nos hizo mucha gracia, pero al menos nos enteramos de algunos detalles extras).
Durante el descenso hemos escogido otro camino patentado por nosotros. ¿El motivo? A ver, el camino más corto entre dos puntos es la línea recta ¿no? Pues ese camino no existía jejeje. Así que bosque, campo y vacas a través, hemos llegado a uno de los laterales del aeropuerto. Y ya desde aquí sólo nos faltaban unos metros para nuestro destino: Ahu Vinapu.
En esta zona se encuentran dos importantes Ahu, que sin llegar a ser visualmente impresionantes, tienen una gran importancia. Los principales motivos son dos:
- Aquí se encuentra la única Moai femenina.
- La colocación de las piedras de uno de los Ahu tiene el mismo estilo que Machu Picchu, un diseño de ensamblaje de las piedras idéntico y perfecto.
Del último punto os damos un dato que nos han contado en Orongo. Hubo un momento en la historia en la que se llevaron a muchos Rapa Nui a Perú, dejando a la isla casi deshabitada.
Que cada uno saque sus conclusiones a lo “Cuarto Milenio”.
Por cierto, todos los moais fueron tirados al suelo durante las guerras entre clanes que hubo en la isla. Mientras en otros sitios se levantaron, aquí en Vinapu se mantienen todavía tumbados. Pero esto nos ha permitido ver muy de cerca (sin tocar) varios Pukao, los tocados de los moais.
Ya en Hanga Roa hemos contratado el alquiler de un coche para visitar el resto de la isla los siguientes días. Mañana nos lo traen al hotel después de desayunar. El 4×4 es el coche por excelencia en la isla, y al nuestro lo hemos llamado «Jimmy» por el modelo que es. Bueno, realmente el 75% de los coches en la Isla de Pascua podría llamarse así jajaja.
Un paseo por la calle principal y aledañas nos ha servido para ver el ambiente, tiendecitas, conseguir un poco de internet gratis, ver a los niños en su primer día de vacaciones de invierno nos ha encantado ese detalle…
Ya con hambre después de estar todo el día andando, hemos parado a cenar el plato típico por excelencia de Isla de Pascua: La empanada. Y las autóctonas propiamente dichas son las de atún y las de atún con queso, que son las que hemos probado. Las empanadas eran como empanadillas pero en grande. Y jolín, qué ricas estaban. Las han hecho al momento y el atún era «de verdad», nada de atún en lata, lo que nos ha parecido un detalle muy Bonito (estamos sembrados en este viaje con los chistes tontos jajaja).
Mañana a conducir. Esperamos no atropellar a ningún Moai, porque curiosamente aquí no se hacen seguros a los coches.
¡Hasta pronto!