Chile y Perú 2018 – Día 3

Santiago con lluvia también tiene su encanto.

¡Hola a todos!

Si hay algo que nos acompaña en todos los viajes, además de los Yoshis, es nuestra amiga la lluvia. Ya la echábamos de menos. Esto de llegar al tercer día en otro país sin mojarnos nos hacía raro jajaja.

Comenzamos el día recorriendo la zona de la Bolsa y la Calle Nueva York, la cual trata de simular el distrito financiero de Manhattan. Desde aquí, nos hemos dirigido al Palacio de la Moneda, lugar en el que hemos podido disfrutar del alegre cambio de guardia. Y es que las piezas musicales que acompañan el proceso no parecen las típicas militares. Nos ha encantado. Por cierto, aquí fue donde en el año 1973 tuvo lugar el golpe de estado que acabó con Salvador Allende. Por la zona aún se pueden ver algunos agujeros de bala en edificios y estatuas, lo que impresiona un poco.

Tras hacer nuestra primera foto en 360º hemos pasado por la Plaza de Armas para entrar en la Catedral de Santiago, bastante barroca y bonita en general.

Callejeando hemos llegado hasta el edificio donde hemos catado un ostión, y no nos ha salido ningún moratón. Y debemos decir que nos ha gustado tanto que hemos repetido jejeje. En el aro exterior del Mercado Central hay pescaderías principalmente, y en una de ellas hemos probado los ostiones, un molusco típico de Chile. Un chorrito de limón y ¡ñam!

La parte central del mercado está compuesta principalmente de restaurantes y algunas tiendas de recuerdos.

Nos hubiera gustado pasar por «La Piojera», lugar donde sirven una bebida llamada «Terremoto» y que nos habían recomendado tanto gente chilena como gente de España. Pero con ese nombre y pensando en que aún nos quedaba bastante día por delante… hemos decidido dejarlo para la próxima vez.

La siguiente parada ha sido el enorme Mercado de La Vega, más para el comercio local que para el turista. Pepinos dulces, chiles, maní (cacahuetes) de todos los tipos, patatas con puntitos rojos, kilos y kilos de aguacates, alcachofas que podrían estar en una floristería de lo bonitas que estaban, maíz negro, gatos entre las piezas de fruta, cúrcuma, zanahorias enormes… había de todo lo conocido y desconocido. Siempre nos gusta pasear por lugares así y descubrir productos nuevos para nosotros.

Tras ver a Paca la alpaca (chistazo jajaja) y empezar a llover con más fuerza, ya nos tocaba comer. Las especialidades chilenas de hoy han sido: unas empanadas de queso y camarones, un pastel de choclo y un plato que no nos acordamos del nombre que consistía en alubias con una salchicha picante. Y todo esto acompañado para beber de un pisco sour y una cerveza artesanal del restaurante. Resumen: todo fantástico. Para repetir cuando volvamos a Santiago en otra ocasión.

Una pequeña vuelta por el barrio de Bellavista y poco a poco vamos volviendo al hotel porque cada vez llovía con más fuerza. Queríamos haber subido al cerro de Santa Lucía, unos jardines que antaño sirvieron como fuerte español y que aún conserva algunos cañones, pero estaba cerrado por seguridad. No pasa nada, volveremos

Ya lo último ha sido comprar algunas provisiones para la Isla de Pascua, ya que al ser un lugar tan aislado, algunas cosillas o caprichos en determinados momentos pueden salir bastante caros. De hecho la compañía aérea deja llevar dos maletas de 23 kilos ¡por persona! por si quieres llevar de todo. Así que unas cuantas galletas, frutos secos y algo extra de agua no han faltado en esta compra.

Ya de noche, tras bajar en ascensor los 61 pisos y dar una vuelta por el centro comercial, nos hemos dirigido a la Fuente Alemana. Aunque existe una fuente llamada Fuente Alemana, en este caso hablamos del restaurante donde hemos cenado y que nos recomendó Sergio C. antes de venir a Santiago. El sitio fantástico, y más tras haber conocido a dos bellísimas personas como son Rodrigo y Rocío, que nos han aconsejado en nuestra elección de la cena de hoy: todo un acierto lo que hemos cenado. Muchas gracias a los dos, esperamos veros de nuevo en otra ocasión.

Pero aquí viene el tema del italiano. El plato que hemos pedido se llama «italiano» y consiste en un bocadillo de pan redondo con carne, palta (aguacate), mayonesa y tomate. ¡Riquísimo! Pero debemos reconocer que no hemos podido acabarlo. Bueno, en verdad Carolina sí que ha acabado con el italiano, pero no Javier. Anda que… Por cierto, para beber hemos tomado un Blanco y un Fanchop.

Ahora a cerrar las maletas y a dormir prontito, que mañana el vuelo rumbo a la Isla de Pascua sale a las 5 de la mañana.

Nos despedimos de Santiago, pero sabemos que volveremos en el futuro. Hay mucho que ver todavía y los alrededores ofrecen mucha variedad de actividades.

¡Hasta pronto!

Viaje a Chile y Peru
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